Wedding
Planner, ¿son necesarias?
Hoy os quiero
hablar de una figura hasta ahora poco conocida pero que cada vez va tomando más
fuerza cuando pensamos en cómo organizar nuestra boda. Me refiero a las wedding
planner, personas que realizan un trabajo que parece pasar desapercibido pero
de vital importancia en el desarrollo de la boda.
Por una parte,
las funciones que realizan perfectamente las podéis organizar vosotros mismos, y
en el transcurso del día de la boda, cualquier amigo o familiar estará encantado
de echaros una mano en vuestro gran día. Desde este punto de vista,
perfectamente podríais prescindir de sus servicios.
Con esto, no
quiero decir que no sea necesaria la figura de un organizador de bodas, ya que
el trabajo que realiza va mucho más allá. Un buen wedding planner debe ser
capaz de gestionar la boda de principio a fin, encargándose y llevando a sus
espaldas el esfuerzo que supone organizar un evento de tal magnitud.
La organización
integral de una boda supone como mínimo más de 100 horas de trabajo, y de ahí
para arriba, dependiendo del número de invitados así como lo complejo que sea
el evento. Es por esto por lo que tenemos que pensar si queremos invertir en
asesoramiento y ayuda, ya que solo nos casamos una vez en la vida, y ese día soñado
salga bien o mal no tendremos la opción de repetirlo.
A día de hoy,
este servicio se va haciendo un hueco en el interés de los novios, y dentro de
poquitos años estoy segura de que va a ser un servicio fijo a contratar por
todas las parejas. Un ejemplo similar podemos encontrarlo en la fotografía,
todos tenemos cámaras y móviles de última generación que son capaces de sacar
unas fotos espectaculares y diseñar nosotros mismos de forma sencilla nuestro
propio álbum de bodas, pero… ¿os casaríais sin un fotógrafo que os haga el
reportaje de vuestra boda?